La villa cuenta con importantes ejemplares de este instrumento de música religiosa
Órgano barroco de la iglesia del Convento de Santa Clara. Año 1777. Foto de J.I. García Muñoz 1998 |
El Órgano es un instrumento musical frágil, sobre todo porque la maquinaria interior es muy delicada. Con su aparejo exterior de madera y su sonido potente nos da sensación de fuerza, pero lo cierto es que necesita de un mantenimiento constante.
Eso lo saben bien los organistas que generalmente tenían estipulado, además de tocar la música, encargarse de su cuidado y recibir de forma periódica, la visita de un “ trotador” organero que realizase una revisión general. Así, no solo se reparaban las averías más normales, sino que se actualizaba el instrumento con las últimas innovaciones del sector.
En tiempos, la edad media de un órgano era de 70 años, y al cumplirlos debía de hacerse una restauración integral. Y esta restauración era siempre muy cara para las parroquias
Los organeros estaban en contacto con los Obispados, puesto que las parroquias no estaban autorizadas a gastos grandes. De ahí que la existencia y distribución de los órganos haya respondido a la estructura de la propia administración eclesiástica.
Relación colectiva con el pueblo
Aunque se encargara a un constructor de prestigio, el órgano de cada iglesia y lugar era obra de mucha gente especializada . En su construcción colaboraban todos los artesanos del pueblo. La caja se encargaba a un entallador; todo lo metálico a un herrero, etc. Mientras, los albañiles preparaban la ubicación en la iglesia , el estrado , el balcón del coro, etc. Y así era una empresa colectiva, para un uso también colectivo.
El Organista estaba, además, muy insertado en la vida de la comunidad, ya que su trabajo acompañaba todos los momentos importantes de la vida: bautizos, casamientos y funerales. Y algo muy importante en otras épocas, el organista sabía leer y a menudo servía también como Maestro de primeras letras.
Por ello era un empleado municipal, con sus derechos y obligaciones. Desde 1650 era pagado por el ayuntamiento, mediante un contrato de tres años. Para ello realizan Escritura , a modo de contrato de trabajo, al comenzar sus servicios en la villa. Y como tal aparecía en los libros de Decretos municipales. Por regla general, el Ayuntamiento empleaba el remate anual de los abastos y arbitrios para pagar el salario de sus funcionarios. Y entre ellos al Organista.
Los Órganos de Balmaseda
Mi primer contacto con las obras de Cavaillé - Coll, lo tuve en la localidad francesa de Saint Sever, en plena Gascuña del S.O. francés y no muy lejos de Mont de Marsan. La visita, realizada en 1998, tuvo como motivo la posibilidad de hermanar esta localidad francesa con Balmaseda, con ocasión del VIII Centenario de la villa en 1999. Es obvio que el hermanamiento - que no tuvo lugar – se hubiera efectuado por el factor común de San Severino.
En la bella iglesia de la antigua abadía románica, sobresale el gran coro a los pies del templo y sobre él un magnífico órgano, construido por el creador de órganos francés que fue el más importante fabricante del siglo XIX.
Arístides Cavaillé – Coll había nacido en 1811 en el seno de una familia del sur francés, fabricantes de órganos, cuyo padre le inculcó el amor por este instrumento. Trasladado éste a Montpellier, se radicaron de forma definitiva en Toulouse en 1827.
Con 20 años, Arístides se interesó por las innovaciones técnicas de la época, que supo aplicar al órgano de la catedral de Lérida. En 1834 la familia se traslada a París, donde Arístides toma el mando del negocio familiar y lo hace crecer enormemente.
Durante 60 años, la Casa Cavaillé – Coll construyó cerca de 550 órganos para 32 países. De ellos 50 eran para uso profano en salones, teatros y salas de conciertos. Todas las grandes catedrales de Francia y otras iglesias importantes contaban con un órgano de esta fábrica.
Así Saint Denis, Saint Sulpice (el más grande) ó Nôtre Dâme en Paris; y en el sur Toulouse, Lourdes y Saint Sever ya citado. En el País Vasco trabajó también intensamente; fueron 20 órganos y de ellos 8 en Bizkaia , para las grandes iglesias de Lekeitio, Ondarroa, Orduña y tres en Bilbao.
Órgano de la iglesia de San Severino
Es un órgano de Sistema Mecánico, con una Disposición en forma de dos Manuales de 56 notas, y un Pedaleo de 30 notas. Fue Donación de D. Martín Mendía y Conde, indiano balmasedano que aportó 35.000 pesetas para su construcción.
Fue organista titular D. Martín Rodriguez Seminario, eminente maestro que logró la plaza en 1901, en un concurso al que concurrieron veintiún aspirantes más. Fue además compositor y contó entre sus discípulos al famoso organista y compositor D. Luis Urteaga.
Murió en Balmaseda el 20 de Setiembre de 1961. La villa le honró con la Medalla de Bronce y sus composiciones se escuchan en muchos de los conciertos religiosos en San Severino.
Órgano de la iglesia del Convento de Santa Clara
Interior de la Iglesia del Convento de Santa Clara. Foto de J.I. García Muñoz 1998 |
El antiguo convento de Santa Clara, fundado mediante el legado testamentario de Juan de la Piedra Verastegui del año 1643, fue bendecido por el Arzobispo de Burgos , el balmasedano D. Enrique de Peralta y Cárdenas el día 31 de octubre de 1666.
El órgano actual data del año 1777 y fue montado por Francisco Antonio de San Juan, que tenía taller en Logroño. Se ha mantenido intacto desde su construcción, conservando todos sus tubos, así como los dorados y policromías Es un aparato de bella factura con especiales dibujos de cabezas que lo hacen único en su estilo.
En esta iglesia, el órgano no preside el Coro, sin duda debido a ser el lugar de canto y oración de las monjas que habitaban el monasterio. Se instaló en el lado derecho del mismo y en un lugar casi privilegiado, ya que queda enfrente de la entrada eclesial y se ve de inmediato nada más entrar al templo .
Tiene Sistema Mecánico y una Disposición Manual de 45 Notas. El Pedal es de 7 pisas C – B; además de un Tambor y 2 Pisas para ecos.
Sobre la mitad derecha del secretillo está escrito: “ Meyzo en Logroño, Fran. Antonio (X) San Juan. A gloria de Dios, año del Señor 1777 “.
Curiosa decoración del órgano de Santa Clara. Foto de J.I. García Muñoz 1998 |
En su base frontal están dibujadas unas curiosas caras, que casi dan miedo, con capirotes y grandes bocas en tonos grisáceos. Es lo más original de este instrumento precioso en aspecto y forma.
Aunque Miguel Salaberría cita el órgano de los Padres Corazonistas, que es de 1942, hemos preferido dejarlo aparte para resaltar más el valor de los órganos de San Severino y Santa Clara que hemos presentado.
Notas :
Gomez Prieto , Julia . “ Balmaseda , siglos XVI – XIX. : población, sociedad y economía “ D. F. B. , 1991. Nota pp. 215
Salaberría, Miguel. “ Órganos de Bizkaia “ publicada por la D. F. B. en 1992. Nota pp. 21.
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Este artículo ha sido publicado también en la Revista Digital " Balmaseda Entre Cantones"