lunes, 14 de marzo de 2016

Paisaje vegetal y fauna en Balmaseda desde el siglo XVI.

Era proverbial la riqueza de vegetación y variadas especies animales en el entorno de la villa


El Gato Montés tiene atestiguada su presencia en Balmaseda desde  épocas pretéritas


En Diciembre del 2012, una escueta nota de prensa decía así: “Hallan un gato montés puro en las Encartaciones”. Según la misma noticia, el animal tenía una pata delantera fracturada, a consecuencia posiblemente de un cepo. Fue tratado en el centro que la Diputación de Bizkaia tiene en Górliz, antes de ser devuelto a su medio natural. 

Un gato montés es una especie de pequeño felino,  de mayor envergadura que el gato doméstico pero con pelaje gris rojizo, rayado a bandas negras y la cola leonada, con la punta y dos anillos también negros. Vive en los montes del norte de España y corresponde a la especie Félix SylvestrisA veces se aplica indebidamente este nombre al “gato cimarrón “(cruce de gatos  domésticos con gatos asilvestrados) e incluso al  hermoso lince. 

Esta noticia trajo a mi mente lo que había yo investigado, en el trabajo de mi Tesis Doctoral publicada en 1985, sobre este interesante asunto de la fauna, y también de la flora, en el medio geográfico.  Aquí puede conocerse parte de aquella investigación.  


El Paisaje Vegetal  


Las precipitaciones abundantes y el carácter moderado de las temperaturas, en el entorno de la villa, favorecen la existencia de un paisaje vegetal siempre verde y fresco. El bosque natural antiguo, fundamentalmente de robles y hayas, según la altitud, ha ido sufriendo una tala sin control, siendo utilizada su madera para la construcción y como combustible, con preferencia a otros diversos usos. 

Por ello, esta vegetación natural ha retrocedido, dejando paso a landas de tojos, helechos, etc., cuando no se ha visto sustituida por elementos arbóreos extraños y alóctonos, como el propio pino o el eucaliptus. 

En tiempos pasados, sin embargo, la vegetación, a pesar de su uso intensivo, era abundante y, desde luego, variada en especies. A veces se podría incluso usar el término flora, en lugar del de vegetación, por la diversidad de géneros vegetales en espacios reducidos. Prácticamente todos los más significados autores, dan noticia de las diversas especies. 

Así, la arboleda que forma bosque, como unidad, está constituida  principalmente por las siguientes especies: 


  • Castaños que no usan para carbón, sino para castaña.  
  • Fresnos, que forman sombra agradable.   
  • Robles, que formaban el bosque originario 
  • Bortos o Madroños, que pueblan la mayor parte de los montes comunales  (1)  
  • Encinares, que se acababan secando cuando les iban a robar  los borullos ( 2}. 


Aparte de estas especies, los autores dan noticia también  de chopos, alisos, abedules, álamos, hayas, nogales, olmos, salces (sauces), etc. Incluso se habla de olivos (3).

Lo que abunda es un arbusto salisáceo que crece en las orillas  de los ríos y cuyas varillas (que comúnmente llamamos juncos)  sirven para hacer todo tipo de cestería; son los mimbres.  Al igual que se fija la época de vendimia del vino, también el Ayuntamiento fija la fecha de recogida de los mimbres, imponiendo sanciones a quien no la respete. Solía ser ésta, entre finales de diciembre y el mes de enero, dejándose rara vez para el de febrero. Pensamos que sería en función del tiempo atmosférico, por cuanto las escasas lluvias nutrirían el crecimiento del junco y retrasaban así su recogida. Las penas a los infractores eran fuertes: 9 días de cárcel se les imponía en 1728 (4). 

Fruto del madroño, también llamado borto,  árbol muy abundante 

A pesar de las sacas continuas de leñas, la auténtica ruina del arbolado proviene de la Guerra de la Independencia, continuándose el deterioro durante las Guerras Carlistas. Desde entonces, se da mucho más valor a la agricultura, y siendo abundantes los frutales también hay bosques de: 


  • Roble común para madera y carbón  
  • Castaño para castañas y carbón, aunque este sea de mala calidad  
  • Haya común que da buen carbón y le hace la competencia al de ro­ble.   
  • Nogal para madera y nueces. 


En mucha menor proporción también existen, según Madoz, hacia me­diados del siglo XIX: abedul, abedulillo o carpe; aliso común; aliso de hoja plateada; fresno común; acer campestre o común; platanoide de hoja de parra; peral silvestre; cerbal de cazadores; tejo común; sabina; lentisco; acebo; níspero; espino albar; ciruelo silvestre y saúco. Abundan en las orillas del río Cadagua el sauce blanco y los mimbres que se consumen mucho, así como el homecillo o lúpulo que se usa para la elaboración de cerveza (5). 


La Fauna  


Enormemente relacionado con el tapiz vegetal fresco, así como con la abundancia de corrientes de aguas cristalinas, aparece una fauna peculiar de bosques y de ríos que va a ser objeto de ojeo y batida constante en dos sentidos bien distintos ambos: los animales de pelo, por su leyenda, a veces real, de fiereza y destrozos, y los animales de escama (peces)  por su apreciada carne. Bowles señala a fines del siglo XVIII que " la caza sería abundante (en Viz­caya) si no hubiese tantos cazadores " (6).

Al margen de las llamadas alimañas, prácticamente nada aducen las diversas fuentes sobre la caza en Balmaseda; por ello podemos señalar muy poco sobre las especies de la zona.  El mismo Bowles habla de perdices, codornices, alguna liebre, poco conejo y en los bosques jabalíes; esto lo men­ciona para Vizcaya en general, aunque realmente nada nos impide localizarlo también en Balmaseda. Sobre esto, y unas líneas más adelante afirma que… “los lobos comunes son raros... de 100 en 100 años se ve un oso... aunque garduñas y raposas hay bastantes...”  Aún así las capturas de todos estos animales, han sido abundantes en la villa y sus cercanías; quizás, en esta cuestión, las Encartacio­nes no eran iguales al resto de Vizcaya. 

Algo parecido nos vamos a encontrar con el tema de las recompensas. Si sobre la caza, como decimos, no existen apenas referencias concretas, nos consta, en cambio, que las batidas contra los llamados dañinos o alimañas fueron constantes y bien pagadas, lo cual llevó ya a principios del siglo XIX al casi total exterminio de todas las especies perseguidas. En esa centuria los datos son ya muy escasos y van unidos a partidas diversas que nos impiden cualificar detalles.  Es posible que la gran caza de los siglos anteriores tuviera diezmadas las alimañas. En este sentido se expresa Trueba cuando hacia 1875 di­ce que " rara vez se ve un lobo " (7)            

La noción del animal dañino o nocivo encubre muchos tipos de bichos; todo aquel animal que por el mero hecho de trasladarse, invade huertas, parrales, viñas o heredades, pone ya en peligro su vida, pues se le considera como alimaña.  Así llega a ocurrir con las palomas, que según el Ayuntamiento, hacen mucho daño o con los perros que invaden heredades ajenas (8).  

Para las capturas se so­lían hacer profusión de cepos y otros tipos de utensilios, que llegaban a resultar peligrosos para el ganado y para las personas, que normalmente transitaban por los montes, siendo preciso poner edictos, a fin de evitar cualquier tipo de desgracia, que a pesar de todo ocurría (9). 

En Balmaseda había buena pesca, lo cual es fácil de creer por la deliciosa descripción hecha sobre el río Cadagua.  Lo realmente triste es constatar cómo el río que hoy contemplamos, no nos recuerda apenas a aquel del siglo XVIII, cantado por Iturriza en 1785 ni al ci­tado por Delmás en 1864. 

Las loinas del río Cadagua eran  muy apreciadas.

A pesar de las ferrerías y de toda la industria, que a sus orillas estuvo siempre implantada, el Cadagua tenía límpidas aguas, y Delmás nos sugiere indirectamente esta pulcritud del río, al decir que es riquísimo en truchas, anguilas, loinas y salmonetes  (10). Y así debió ser desde antiguo, como se desprende de los numerosos toques de atención que el Ayuntamiento da a los balmasedanos, respecto a la pesca en el Ca­dagua y en sus afluentes.  

Pensamos que aparte de ser un divertimento, el ir a pescar debía ser cosa productiva, puesto que en una sociedad tan tradicional como aquella en el plano religioso, el hecho de perder la misa de los domingos parece que solo lo conseguía la pesca. A mediados del siglo XVI se pone de multa 1.000 maravedíes  a todos los vecinos que por ir a pescar, dejen de asistir a los oficios diurnos en domingos y días festivos, así como también a los que lo hagan en días de labor, abandonando sus labores y oficios (11). 

Estaba, sin embargo, permitido pescar a todos los vecinos de la villa, tanto con bara, tur­bia y cardazo, durante toda la cuaresma y los días de vigilia, sin pena de ninguna clase (12).   Fácil es deducir el interés que atrapar unos buenos peces del río podía producir a los vecinos,  con una deficiente economía doméstica.  Si nos fiamos de las fuentes, en esta situación debían de estar bastantes balmasedanos, puesto que, el mismo año, se quejan las autoridades municipales de que " el río está perdido, defraudado y pobre de pesca­do ";  parece que las gentes iban a pescar por la noche, y uti­lizando " hacha y arremanga " (13 )   Un siglo después se sigue pescando con malas artes: remangas, paradejos y esparteles, por lo que las penas son mucho más fuertes; nada menos que 3.000 maravedíes. y 10 días de cárcel para los hallados “ in fraganti" (14 ) . 

En el siglo XVIII ya estaba establecida la veda, y por ella se perseguía tanto a sus infractores, cuanto a los que usaban aparejos prohibidos o pescaban de mala manera.  Con ello se incorpora la reglamentación de la pesca a los Decretos de Buen Gobierno que, como más adelante veremos, recordaban y regulaban cada año las ordenanzas del municipio (15).  Bowles en 1775 dice: "la mejor anguila es la que se coge al lado de un molino". Los molinos abundaban en el Cadagua y no olvidemos que Delmas,  casi un siglo más tarde sigue recomendando las anguilas de este río (16). 


NOTAS:

(1).- Archivo Municipal  de .Balmaseda  (A.M.B.).- Libro de la Junta Municipal   R.  77  f. 21  v. Año 1886
(2).-  A.M.B.  Decretos   R.  26.  f.30 v .Año 1646.
(3).-  A.M.B.  Acuerdos  R. 58.  f.108 v. día 9  Setiembre 1798.  Pleito  contra Manuel  de Zornoza por cortar olivos
(4).-   A.M.B.  Elecciones  R. 34   s.f.  Día 22 Enero 1728
(5).-  MADOZ, P...  Diccionario Histórico-Geográfico de España y sus posesiones de ultramar   Madrid 1849. Tomo XV  pp. 462.
(6).-  BOWLES, W.  Historia Natural de España   Madrid 1782  pp. 293
(7).-  TRUEBA, Antonio de   Las Encartaciones  Bilbao 1978. pp.58. Cita a ITURRIZA a propósito de abundar (según el autor) los jabalíes, tigres, lobos, raposos y otras fieras nocivas. Esta fauna era abundante en la Baja Edad Media: en el mercado de San Sebastián, en los siglos XIII y XIV,  había una gran variedad de pieles de garduña, zorros, etc. Ver ARIZAGA, B.  de. El Nacimiento de las Villas Guipuzcoanas.  San Sebastián 1978, pp. 53-54. El mismo tipo de fauna existía en el vecino Concejo  de Carranza, donde antaño fueron abundantes los osos, desaparecidos a finales del siglo XIX. Vivían lobos, zorros, gatos monteses, garduñas, etc. Ver VICARIO DE LA PEÑA,  N. El noble y leal valle de Carranza, Bilbao 1975, pp. 55 y 131.  También en el Valle de Gordejuela  fueron abundantes los osos y lobos, que andaban en grandes manadas por el año de 1566.; desapareciendo casi todas las alimañas a mediados del siglo XIX. Ver ESCARZAGA, E. de,  Descripción histórica del Valle de Gordejuela,  Bilbao  1919. pp. 91.
(8).-  A.M.B.  Decretos  R. 26.  f. 344 v. Decreto del 14 de Abril de 1662.
(9).-  A.M.B.  Decretos  R. 30.  f. 35.  Decreto del 20 de Diciembre de 1795
(10).-  DELMAS, Juan E. Guía del Señorío de Vizcaya.  Bilbao 1944. pp28.
(11). - A.M.B.  Acuerdos  R. 9. f.31.  Decreto del 26 de Julio de 1549.
(12).-  Ibidem.  F. 93. Decreto del 2 de Marzo de 1553.
(13):-   Ibidem.  F. 29 v. Decreto del 4 de Julio de 1549
(14).-  A.M.B.  Decretos  R. 26.  f.9.  Año de 1644
(15).-   A.M.B.  Elecciones   R. 35.  Decreto de Buen Gobierno  Año 1730.
(16).-  BOWLES, W. op. Cit. pp. 294.

martes, 1 de marzo de 2016

Un interesante apunte histórico: las Fogueraciones de Balmaseda

Cómo conocer los vecinos de Balmaseda y sus propiedades en los siglos XVII y XVIII.


Página manuscrita de una Fogueración de Balmaseda. Siglo XVIII


Las Fogueraciones, son  importantes Fuentes  Demográficas  de  ámbito  civil  y  corresponden  al recuento de familias , hogares o fuegos existentes en Bizkaia, que se realizaban en una determinada etapa histórica.  Precisamente de la palabra hogares deriva su nombre de Fogueras o fogueraciones.

Se  elaboraban aparentemente  con el fín de conocer lo más exactamente posible los habitantes de villas  y anteiglesias,  pero, sin duda tenían  tambien una clara finalidad fiscal.  Por ello su utilidad demográfica es buena,  aunque en el plano económico  presenten posibles ocultaciones.

La primera Fogueración se hizo en 1618 y solamente indica el total de  vecinos de cada población. Sus cifras vienen incluidas en el Censo  de  Tomás  y  Gonzalez,donde  Balmaseda  aparece  adscrita  al Arciprestazgo  de Tudela,  dentro de la Archidiócesis de  Burgos. En aquel año la villa contaba con 300 vecinos.

La  segunda  Fogueración  data de 1685 y aparece en el  Libro de Acuerdos y Elecciones Municipales de ese año. Contaba Balmaseda con 144 vecinos

La Fogueración de 1704 señalaba 139 vecinos y es  tan poco fiable como la anterior. Ver más abajo la transcripción literal del texto de esta Fogueración.  

Sin  duda las mas importantes Fogueraciones fueron las del  siglo XVIII, realizadas en 1745-46 y en 1798, alternando con los Censos Generales de Aranda en 1768 y de Floridablanca en 1797.

Durante  el  siglo  XIX desaparece el  sistema  de  recuento  por fogueras  y solo se usan los Censos que se realizan en  1857,1860 ,1877,  1887  y 1897. 

 A partir de 1900 los Censos se realizan al inicio de cada década.

Para una información más amplia sobre Propiedad y Fogueraciones en Balmaseda  seguir este enlace


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Fogueración antigua del año de 1704

Esta Fogueración consiste  en  una  simple relación nominal de  vecinos,  de  poca
utilidad general. Indica para Balmaseda un total de 139 fogueras / vecinos  ó 630 habitantes .

Ofrecemos a continuación una transcripción literal de la misma
Fuente: Archivo General del Señorío de Bizkaia
Fogueras, Reg. 1. Año 1704

BALMASEDA (Villa)

YO, Francisco Fica Hurtado, Escribano del Rey Nuestro Señor, del Número y Ayuntamiento y Reales Aduanas de esta Villa de Balmaseda, Señorío de Vizcaya. Certifico y doy fe a los Señores que el presente vieren que hoy día de la fecha de este parecieron ante su Merced, el Señor D. Francisco de Llano Belasco, Alcalde y juez Ordinario de esta villa y su jurisdicción, por el Rey Nuestro Señor, los Señores D.Juan de Larragoytia Leura y D. Agustín Ibañez de la Rentería y exhibieron un Decreto deJunta General celebrado en veinte y ocho días del mes de junio, próximo pasado de este presente con la asistencia del señor Corregidor y Señores Diputados Generales y Poderistas de las repúblicas que comprenden este dicho Señorío, firmado y signado de Manuel de Bolivar su Secretario, por el cual se nombraron caballeros, para hacerse Numeración de Fogueras, con toda distinción y claridad en el cual están nominados los dichos Señores Don Juan de Larragoytia y Leura y Don Agustin Ibañez de la Rentería, para hacer la que toca a las Encartaciones y sus Villas y en vista del dicho Decreto de Junta General y de otro de Diputación General celebrada en doce del mes pasado de julio, que también exhibieron dichos señores, su Merced el dicho Señor Alcalde mando a mí, el presente Escribano les diese un traslado haciente de fé del último Concejo Público que se hizo en esta dicha villa, adonde acudieron la mayor parte de los vecinos de ella, añadiendo en él algunosque faltaron, y las Viudas que había y para que con él los Señores del Gobierno Universal repartan en el primer Repartimiento que hicieren a esta dicha villa, con toda justificación lo que debe pagar, y cumpliendo con lo mandado por dichos decretos y Auto y mandamiento de dicho señor Alcalde, saqué y compulsé el traslado de dicho Concejo público, en la forma siguiente, dejando la cabeza de dicho decreto, por no ser concerniente a este caso,, que se hizo en veinte y cinco de mayo de este presente año, y por él consta se juntaron los vecinos siguientes:

Don Francisco de Arana.
Don Josef Antonio de Arechega.
Don Gaspar de Orcasitas.
Juan de Zuluaga.
Don Miguel de Horcasitas.
Don Severino de Allende Salazar.
Don Pablo de Hernando.
Francisco de la Yseca Chabarri.
Phelipe de Tramarría.
Francisco de Tramarría.
Antonio de Sarachaga.
Domingo de Llaguno.
Juan de Anchoca.
Francisco de Quintana Angulo.
Francisco de la Quintana Horcasitas.
Nicolás de Quintana.
Pantaleón de Arroyos.
Francisco de Calera.
Francisco de Villa.
Phelipe de Terreros.
Miguel de la Puente.
Francisco de Gauna.
Juan de Gordóniz.
Miguel de Thellaechea el menor.
Francisco de Rebílla.
Juan de Górgolas.
Seberino del Barrio.
Xristóbal de la Toba.
Francisco de Cortázar
Pedro de Luzarraga
Juan Jil de Paules.
Bartholomé de los Heros.
Bernardo de Amas.
Francisco de La Yseca Quintana.
Juan Antonio de Hoz.
Andrés de los Heros.
Josef de Thellaechea.
Josef de Minor.
Juan de Retes.
Francisco de Zorrilla.
Bernabé de Villa.
Nicolás de Therreros.
Aparicio de Zubiaga.
Matheo de Asúnsolo.
Francisco de Terreros.
Marcos de Garay.
Josef de la Gándara.
Josef de las Fuentes.
Antonio de Bermejillo.
Juan de Retes, el menor.
Domingo de Villa.
Bartholomé de Zorrilla.
Antonio de Antuñano.
Miguel de San Xristóbal.
Francisco de Bermejillo.
Sebastián de Villa.
Josef de Cariga.
Roque García.
Lope de Lezcano.
Fabián de Arecha.
Simón de los Heros.
Josef de San Cristóbal.
Blas de Llano.
Marcos de Antuñano.
Martín de la Puente.
Pedro Díez de Vedoya.
Francisco de los Heros.
Thomas de Zornoza.
Josef de Talledo.
Gregorio de Manzaneda.
Miguel de Antuñano.
Juan de Manzaneda.
Juan de Ibarra.
Diego de las Ribas
Josef de las Fuentes, el mayor.
Agustín de Bermejillo.
Phelipe Gutiérrez.
Pedro de la Puente.
Francisco de Ureta.
Thomas de Urruticoechea.
Barttolomé de Mollinedo.
Pedro de Ybarra.
Martín de Santa María
Josef Alcalde.
Manuel de las Muñecas.
Josef de San Turze.
Bauptista de Ureche
Matheo de Larrazabal.
Juan de Larragán.
Thomas de Retes.
Miguel de Thellechea.
Sebastián Machín.
Antonio de la Arena.
Sebastián de Trabesedo.
Martín de Therreros Alfaro.
Antonio de Ocharan.
Domingo de Quintana.
Bernardo de los Heros.
Lorenzo Jil.
Juan de Llano.
Juan del Campo.
Josef de los Heros.
Juan de las Ribas
Josef de Trápaga.
Thomas de Palacio
Domingo de la Bárzena.
Simón de Cariga.
Josef de Orrantia.
Manuel de Uberichaga.
Simón de Thellitu.
Gaspar de Therreros, el mayor.
Francisco Hortiz de la Torre.
Juan de Cañedo Manzaneda.
Juan de la Puente.

y los referidos vecinos, fueron los que concurrieron al dicho concejo, en el cual presidían los Señores del Ayuntamiento de esta dicha Villa que lo componen su Merced, el dicho Señor Alcalde, Don Manuel Sainz Hidalgo, Don Lorenzo de Palacio, Procurador y Tesorero, Andrés de Calante, Ramón de Canedo, Regidores, y Josef de Zenarro y Josef de Roche, así bien Regidores que se hallaron ausentes, que en todos componen el numero de ciento y veinte y tres y habiendo especulado, y hecho memoria de los vecinos que faltaron al dicho Conzejo, por hallarse ú enfermos, ú otra causa, parecieron los siguientes: Lorenzo de Garay, Thomás de Noreña, Juan de Cañedo Therreros, Juan González. Y luego el dicho Señor Alcalde declaré faltar de poner en la numeración que va fecha, Juan dela Torre. Y así mismo doce mujeres viudas y vecinas de esta dicha Villa sin que supiese, ni entendiese, haya en la jurisdicción de ella otro vecino, ni viuda, y que se hubiese llegado a su noticia lo declararía y para que todo lo referido en este testimonio conste a los efectos que sean necesarios, doy el presente de Pedimento de los dichos Señores Don Agustín Ibañez de la Rentería y Don Juan de Larragoyti Leura y en cumplimiento de lo mandado por el dicho SeñorM Alcalde, que lo firmo y así bien los referidos, Don Juan de Larragoyti y Don Agustín de la Rentería, y en fé de todo, yo el dicho Escribano, en esta dicha Villa de Balmaseda, a trece días del mes de agosto de mil y setecientos y cuatro años = Don Francisco de Llano Velasco = Don Agustín Ibañez de la Rentería =
Don Juan Larragoyti y Leura. En testimonio de verdad = Francisco de Fica y Hurtado.

Conforme al testimonio y declaración de arriba, parece ser ciento y treinta y cuatro los vecinos que tiene la villa de Balmaseda. Pero respecto de que averigüamos tenía fuera de la villa, unos pocos, aunque decían  no los reputaban por vecinos, sentimos podérseles considerar por de cien y cuarenta vecinos = Don Agustín Ibañez de la Rentería = Larragoyti y Leura.

FIN